Lo verdaderamente transgresor

Ayer noche en una calle del barrio antiguo, chicos adolescentes gritaban borrachos. Y una senora se quejaba de la rebeldía de esta juventud.

Pero, es rebeldía hacer lo esperado: noches de alcohol y exceso adolescente?

Lo transgresor y sorprendente es un adolescente que queda con sus amigos para discutir a Zaratrusta, que ama su cuerpo y no lo martirizara, que crea arte y poesía, que sorprende con una sonrisa comprensiva al frustrado y viejo profesor, que exige una buena educación, que explora y crea alternativas, y que se divierte danzando bajo las estrellas.

Pero esto sería pedirle al adolescente que fuera más maduro que el adulto. Porque los adultos olvidan que la mayor provocación al mundo es mostrarle belleza, armonía, poesía y amor.

Circo: me gustas

Los equilibristas muestran cuán peligrosa es la distracción: lograr el equilibrio significa estar por completo en el Presente.

El hombre que escupe llamas simboliza a la poesía, lenguaje iluminado que viene a incendiar el mundo.

Los contorsionistas nos ensenan cómo liberarnos de nuestras formas mentales anquilosadas: no se debe aspirar a nada permanente. Hay que construir con valentía en la impermanencia, en el cambio continuo [...].

Los prestidigitadores nos dicen que la vida es una maravilla: no hacemos milagros, aprendemos a verlos. Los malabaristas nos ensenan a respetar los objetos, conocerlos profundamente ubicando el interés en ellos y no en nosotros mismos.

Es la armonía de la coexistencia. [ La danza de la realidad, A. Jodorowsky]

Ahora hacen "uhmmm!"

Miradas en la calle. Miradas que a veces no te dicen nada y miradas que a veces suspiran y que a ti te quitan el aire.


Hace unos meses al salir con prisas de un portal me encontré de frente con un chico. Paré en seco y me desvié para no chocar, pero mis pupilas sí chocaron y tocaron las suyas. Por un instante algo se detuvo. Pude oir en medio del silencio un instintivo y vibratorio "uhmmmm" de su garganta.

Chico atractivo, me costó seguir apartándome de ti y no dejarme chocar y quedarme ahí. Pero bajé la mirada y seguí alejándome como si nada.

He de liberar mis ojos del asfalto o del cielo y dirigirlos hacia las miradas de la calle. Porque mi mirada te busca y no me perdona.